viernes, 2 de diciembre de 2011



Antecedentes


La universidad Nacional Abierta y a Distancia- UNAD - nace  con el fin de «orientar todos sus esfuerzos para responder a las necesidades, intereses y problemas reales del país, especialmente de aquellos que afectan a los sectores populares, marginados de la ciencia, la técnica y la cultura, lo cual constituye un principio de realidad». (Principios generales y fines de UNISUR, La Educación Superior Abierta y a Distancia, UNISUR, Octubre de 1983).

Tal principio le imprimió a la antigua UNISUR, hoy UNAD, “un carácter de pertenencia social, para la instauración de una sociedad armónica, inspirada por los principios de respeto a la dignidad humana, la justicia social y el bien común”, con base en el significado y sentido de la educación permanente, mediante la organización de diferentes modalidades educativas y énfasis en la educación abierta y a distancia.

  La Educación Abierta y a Distancia privilegia las estructuras de participación, no sólo de los estudiantes sino de las comunidades regionales y locales para que intervengan en la identificación y solución de sus necesidades y se comprometan en el diseño y realización de sus propios proyectos educativos, culturales, tecnológicos y socio-productivos. 

Desde un principio la  -UNAD-, fue clara y transparente, en el sentido de distinguirse como una Institución de Educación Superior Abierta y a Distancia, con vocación comunitaria, responsabilidad social y espíritu emprendedor y solidario.


No obstante, la claridad de estos fundamentos y propósitos enfatizados en los referentes fundantes de la Institución  y en el marco teleológico del Proyecto Académico Pedagógico Solidario (PAPS), se evidencian limitaciones y vacíos metodológicos para traducir a la práctica lo que se ha denominado el “sello o impronta Unadista”, asumido este como el elemento diferenciador que agrega valor al quehacer de su comunidad en los contextos locales, regionales y ciberespaciales en donde hace presencia y que la distinguen como una Institución de educación superior solidaria y responsable socialmente que se consolida como proyecto público vital para Colombia.

Dentro de las limitaciones y dificultades identificadas se destacan:

Débil apropiación del Proyecto Académico Pedagógico Solidario por parte de la Comunidad  Unadista.
Carencia de espacios académicos para la articulación de las actividades sustantivas de la UNAD: Formación, Investigación y Proyección Social.
 Desconocimiento de los entornos locales y regionales en donde la UNAD hace presencia.



Formulación del problema


En la perspectiva de aportar al desarrollo de los contextos en donde la UNAD  hace presencia ¿Cuáles son los fundamentos teóricos y los componentes curriculares necesarios para diseñar la “Cátedra Región” como espacio académico para la configuración de la identidad comunitaria y solidaria Unadista?    
        En este mismo sentido se plantean preguntas específicas tales como:
¿Cuál es el significado y sentido de lo comunitario en la UNAD?
¿Cuál es el sentido y significado de la Solidaridad para la Comunidad Unadista?
¿Cómo se vivencian los valores relacionados con lo comunitario y solidario en la UNAD?
¿Cuáles son los espacios o escenarios para promover lo solidario y comunitario en la UNAD?
¿Cómo se reconocen las prácticas solidarias y comunitarias en la UNAD?
¿Cómo se comprende la categoría de territorio en la comunidad Unadista?
¿Cuáles el significado y sentido del Desarrollo regional para la comunidad Unadista?
¿Cuál es el sentido que se le da a lo Regional Comunitario en la UNAD?
¿Cuál es la relación que se establece entre la Cátedra Región y la transformación social de las Comunidades?
¿Cuáles son los elementos que deben considerarse para la configuración de regiones en Colombia?
¿Cómo garantizar la proyección social que se propone desde la universidad, en las diferentes Regiones y Comunidades del País?
¿Cuáles son las estrategias  que se deben privilegiar para promover y garantizar la participación comunitaria en las regiones de Colombia?
¿Qué criterios se deben tener actualmente para realizar propuestas de regionalización en Colombia?
¿Cuál es el balance de la Descentralización en Colombia y como ha incidido en la autonomía de las localidades y regiones?
¿El despoblamiento de las regiones está incidiendo en una nueva configuración regional y comunitaria?
¿Cuáles  son las estrategias que se deben proponer y consolidar para la formación de líderes comunitarios?
¿Cómo garantizar la inserción de los estudiantes de la Unad en los procesos regionales y comunitarios?
¿Es posible dar cuenta de la heterogeneidad regional en las propuestas de interacción comunitaria en la Unad?
¿Qué estrategias se deben utilizar para que el estudiante conozca su realidad regional y contribuya a su transformación?
¿Qué aspectos se deben tener en cuenta para la realización de las prácticas comunitarias de los estudiantes en los diferentes programas que oferta la Unad.
¿Cómo abordar desde la Unad, la discusión sobre temas de actualidad como: el proyecto de ley de tierras, proyecto de ley sobre  ordenamiento territorial, proyecto de  ley de víctimas, Ley de regalías?
¿Qué implicaciones sociales , económicas y políticas sobre la región tendrán la aprobación de leyes como las anteriormente mencionadas.


Justificación
La vulnerabilidad social es inversamente proporcional al fortalecimiento de las capacidades de los individuos, grupos e instituciones para responder adecuadamente al riesgo social. Por eso la UNAD desde la articulación de la acción formativa, la investigación, el desarrollo de programas y proyectos y el recurso de las innovaciones metodológicas y tecnológicas ha definido su forma de participar en las dinámicas sociales, agenciando procesos de construcción colectiva de conocimiento y prácticas comunitarias para generar “cohesión social, autogestión, democracia y práctica social para la paz”. En ese marco de referencia es que el Proyecto Académico Pedagógico Solidario va hallando el camino para poder constituirse en lo que concierne a su Componente Regional Comunitario.

Este componente busca ser referente representativo de una estructura social participativa para la integración social y por tanto para la acción recíproca de reconocimiento de los distintos actores sociales. Todo ello se constituye entonces en un proyecto ético y político en razón a que se pretende luchar contra la exclusión social.  En procura de tal objetivo, existen unos intereses prácticos y emancipatorios  junto a unas necesidades axiológicas entendidas como principios de cooperación, solidaridad, equidad, autonomía y dignidad.

En este sentido, la educación en la UNAD se asume como derecho humano fundamental,  más que como servicio y en esa medida es una práctica social que propicia el ejercicio de todos los demás derechos, contribuyendo al empoderamiento ciudadano para superar la exclusión social. Entonces el carácter comunitario de la educación en la UNAD presenta dos  perspectivas de realización tanto individual como colectiva.

 La primera permitiría el ejercicio de la democracia participativa y la segunda de una democracia cultural; lo cual quiere decir que a través de la práctica de ambas se constituye el desarrollo propio de una comunidad. “De este modo, la UNAD como entidad pública, científica y cultural, debe ser capaz de dar respuesta a través de sus programas y servicios a las necesidades fundamentales (axiológicas y existenciales) que las comunidades y grupos humanos presentan para desarrollar su potencial productivo y de aprendizaje autónomo. Reto que viene haciendo de la UNAD un actor social que se constituye como sujeto colectivo para ser con las comunidades:

a) investigadora de las realidades comunitarias,
b) constructora de la configuración regional,
c) factor de disminución de la vulnerabilidad social,
d) recuperadora del saber de las comunidades y,
e) garante de la inclusión educativa.


Presentación


Las condiciones sociales, económicas y políticas que identifican actualmente a nuestras comunidades regionales y locales, exigen de las Universidades un protagonismo mayor, no solo en el sentido de hacer comprensible esas realidades, sino ante todo en la perspectiva de generar procesos de interacción  que contribuyan a la transformación de las condiciones de vida de la población.

Se pretende por tanto, mediante la cátedra Región, mantener la vigencia del pensamiento del Dr. Miguel Ramón Martínez, sobre todo en relación con los planteamientos realizados desde el Proyecto Académico Pedagógico y Solidario  y la posibilidad de aportar al desarrollo permanente de las regiones y localidades del país, como escenario para el desarrollo de la proyección social.

Por lo tanto, la Cátedra Región Miguel Ramón Martínez, se concibe como un centro de pensamiento  y conocimiento, que contribuya a la generación de saberes en torno al desarrollo regional,  privilegiando el diálogo y cooperación entre la Universidad  y las Comunidades para aportar  a la apropiación y resignificación del Proyecto Académico Pedagógico Solidario, para promover prácticas comunitarias que generen concientización, que exalten actitudes de cooperación y solidaridad.

Desde la perspectiva regional  se  comparte la necesidad de incidir en la transformación exigida de una educación con pertinencia, y de que esta responda al reto de la responsabilidad social brindando una actividad  académica  de calidad, critica al cotejar  los  contenidos entregados versus  las realidades locales, regionales y globales.

 Luego, Cátedra Región no se concibe exclusivamente como  un curso básico más,  sino como una oportunidad de reforzar  conceptos fundamentales como sujeto, sujeto colectivo, desarrollo,  desarrollo local, regional y humano, competencias, ciudadanía, plan de vida, territorio, región, comunidad, participación, planeación participativa, de sembrar y enraizar en cada estudiante,  las capacidades de transferir conocimiento, investigar, intervenir y proyectarse responsablemente  en los entornos,  de permitirse entenderlos y actuar en consecuencia.

Así mismo, se busca exaltar las actitudes y propuestas autogestionarias que ayuden  a mejorar las condiciones de la población, en detrimento de las miradas dependentistas, promoviendo  valores culturales como la cooperación, la equidad, la solidaridad, la autonomía y la dignidad, en la ruta del cambio innovador en los contextos regionales y locales.


Propósitos


La cátedra Región Miguel Ramón Martínez, parte de la base de considerar que el componente Regional Comunitario del PAPS, debe dar cuenta de toda la estructura social y participativa de la Universidad e inclusive del país. Así mismo, se considera que el sentido  del componente Regional Comunitario está en  la participación de la comunidad  y la  interacción social, la cual se fundamenta en la relación humana de reconocimiento mutuo y de acción recíproca.

En coherencia con lo anterior, los propósitos fundamentales de la cátedra Región son:
1. Crear un escenario académico que permita a la comunidad Unadista, en general y a los estudiantes en particular, apropiarse de los fundamentos teóricos y metodológicos para  abordar la problemática social, cultural regional y local, teniendo como marco de referencia el Proyecto Académico Pedagógico Solidario.
2. Garantizar un espacio académico que contribuya a la discusión y producción de conocimiento en relación con el desarrollo regional, desde una mirada multidimensional, que permita  abordar temas coyunturales y de actualidad.
 3. Sistematizar los encuentros y foros regionales, como estrategia para evidenciar las realidades y características regionales, con el propósito de nutrir y actualizar permanentemente la Cátedra Región Miguel Ramón Martínez.
4. Contribuir al fortalecimiento del tejido social de las comunidades regionales y locales, mediante   procesos de interacción comunitaria que exalten los valores de tolerancia, cooperación y solidaridad y promuevan el mejoramiento de la calidad de vida sustentable y sostenible.
5. Generar estrategias de Educación Comunitaria que contribuyan a mejorar la participación y  la concientización de la población,  en la perspectiva de la satisfacción de necesidades de la población y del  cambio social y cultural.
6. Formar educadores comprometidos en la creación y consolidación de prácticas y saberes pedagógicos y comunitarios tanto en espacios educativos que tienen lugar fuera del sistema educativo así como en aquellas instituciones formales orientadas hacia el logro de un orden social y político incluyente. 
7. Formar educadores-investigadores interesados en promover acciones educativas encaminadas a fortalecer la educación para la democracia y la vigencia de los derechos humanos.
8. Generar procesos educativos y pedagógicos capaces de construir tejido social con base en valores de tolerancia, solidaridad que garantice el mejoramiento de la calidad de vida sustentable y sostenible en las comunidades Regionales y locales.

Competencias a desarrollar con la cátedra región


El enfoque por competencias en la formación surge como una alternativa para dar respuesta a las demandas de una sociedad, denominada por muchos como sociedad del conocimiento y de la información, en la que una de sus mayores expectativas es la búsqueda de una articulación entre la educación y las necesidades sociales. Es en el ámbito laboral donde el objetivo primordial a conseguir se fundamenta en que los profesionales adquieran una formación acorde con los requerimientos sociales y una promoción de su participación en el sector productivo.

En la educación universitaria interesa la implantación de este enfoque para lograr un mayor desarrollo de destrezas y habilidades específicas de los nuevos profesionales, con objeto de conseguir desempeños más adecuados a los nuevos contextos laborales. La formación por competencias supone unos procesos de enseñanza-aprendizaje que transfieren conocimientos, habilidades y actitudes, que capacitan a los futuros profesionales para afrontar las demandas de los contextos laborales y sociales en los que se insertarán (Gómez y Moñivas, 2005)

En la perspectiva de Maldonado (2006) se considera que las generaciones jóvenes  gozarán o sufrirán, según su formación, de modo permanente y a lo largo de su vida una constante movilidad entre el mundo del trabajo y el mundo académico: la formación continua será el lugar común, o mejor, ya es el factor común y el punto de articulación entre el mundo académico y el productivo. La Universidad  deberá poner sus ojos sobre la forma en que sus profesionales desarrollan capacidades para resolver problemas, investigar, trabajar en equipo, adaptar tecnologías o moverse en otras culturas y lenguas. De igual manera a los empresarios les ocupará saber cuáles son las nuevas normas que regulan la ética social, el sentido de la solidaridad, la contaminación, el uso de energías no convencionales.

Los procesos de adquisición y desarrollo de competencias tienen dos escenarios: el estrictamente educativo y el laboral. Para el caso de Colombia, lo educativo está regulado por el Ministerio de Educación Nacional y tiene efectos en los procesos de enseñanza-aprendizaje y evaluación. En lo laboral las competencias están reguladas por el Ministerio de Trabajo  y Protección Social y el SENA, su objetivo fundamental es la formación, evaluación y certificación de trabajadores.

De acuerdo con Tobón (2006), las competencias permiten la articulación de lo educativo con lo laboral, al permitir la exploración de las potencialidades de los individuos que pueden ser formadas, enseñadas, adquiridas, construidas tanto en lo individual como en lo colectivo, para que puedan ser evidenciadas en el saber, el saber hacer y en el ser, de modo que contribuyan a la formación integral del individuo entendido como un ser con un Proyecto Vital involucrando lo cognitivo, lo corporal, lo social, la comunicación, lo ético, lo lúdico, lo laboral y lo espiritual.

La situación planteada lleva a pensar un estudiante con características de liderazgo, con un gran sentido de desarrollo y planificación, que conciba e integre las siguientes competencias:
Una competencia cognitiva que le facilite al estudiante reconocer de manera integral las particularidades de su comunidad y entorno, en relación con las diferentes problemáticas que los aqueja, y tener suficientes elementos de conocimiento y de juicio para formular acciones y actuaciones con la naturaleza de ellas.
Potenciar la  competencia interpretativa que permita comprender las situaciones problemáticas en sus áreas de influencia dentro de un  contexto social y comunitario específico, incorporando los elementos esenciales que lo configuran, y desagregando las diferentes fuentes que puedan constituir la estructura del mismo.
Promover la competencia argumentativa que le permita al estudiante fundamentar y sustentar las apreciaciones relacionadas con las causas que originan las problemáticas, así como con las potenciales soluciones que se generen para atender el origen y el desarrollo de estas, y que contribuyan con la toma de decisiones consecuentes con las propuestas de solución.
Así mismo, fomentar la competencia comunicativa, que le permita llegar a toda la comunidad con un mensaje claro y conciso sobre las situaciones que requieren de su participación y donde se pueda exponer e interpretar las diferentes posiciones de todas las personas interesadas y que conviven con las situaciones analizadas.
Desarrollar la competencia propositiva, donde el estudiante pueda idear, proponer y plantear acciones y actividades alternativas de solución para las problemáticas identificadas, o para establecer nuevas relaciones o vínculos entre referentes teóricos, eventos o perspectivas teóricas.
En relación con las Competencias ciudadanas, saber  hacer: que aportan a la construcción de  sujetos éticos, con posibilidades de  provenir (no prevenir)  y negociar los conflictos;    participar para la  toma de decisiones, y de  defensa  de los Derechos Humanos como mínimos no negociables para la convivencia pacífica.
Teniendo en cuenta la Innovación Curricular, es necesario precisar que los núcleos integradores de problemas se conciben como proposiciones que formulan relaciones posibles entre diferentes aspectos de la realidad en torno a los cuales se generan interrogantes que alimentan el planteamiento de problemas de investigación pedagógica o científica en la educación o que delimitan áreas para la realización de proyectos pedagógicos.  El desarrollo de los núcleos problémicos agencia un proceso de construcción de conocimiento que se realiza en cuatro etapas:

·         Lectura e integración de la realidad académica con la vida cotidiana.
·         Interrogación de esa realidad desde diferentes miradas y enfoques teóricos.
·         Reformulación de la realidad en el intercambio comunicativo y argumentativo.
·         Formulación de propuestas pedagógicas y/o investigativas para responder a os aspectos filosóficos, teóricos y metodológicos inherentes a esa realidad. 

Núcleos problémicos



·         Identidad nacional, sujeto de derecho y construcción de cultura democrática
·         Procesos comunitarios y construcción de conocimiento social
·         Educabilidad y enseñabilidad en contextos educativos de carácter comunitario
·         Formación integral del Sujeto Social.
·         Proyectos sociales y transformación regional
·         Dinámicas regionales desde la perspectiva del desarrollo regional.

Los núcleos integradores de problemas se conciben como proposiciones que formulan relaciones posibles entre diferentes aspectos de la realidad en torno a los cuales se generan interrogantes que alimentan el planteamiento de problemas de investigación pedagógica o científica en la educación o que delimitan áreas para la realización de proyectos pedagógicos.  El desarrollo de los núcleos problémicos agencia un proceso de construcción de conocimiento que se realiza en cuatro etapas:

·         Lectura e integración de la realidad académica con la vida cotidiana.
·         Interrogación de esa realidad desde diferentes miradas y enfoques teóricos.
·         Reformulación de la realidad en el intercambio comunicativo y argumentativo.
·         Formulación de propuestas pedagógicas y/o investigativas para responder a os aspectos filosóficos, teóricos y metodológicos inherentes a esa realidad. 


Metodología

Para el desarrollo de la cátedra se propone una Metodología abierta que dé cuenta de la flexibilidad y que garantice en esa línea, la construcción colectiva mediante la participación de diferentes actores: estudiantes, personal académico, estudiosos del desarrollo regional  y demás personas interesadas en las temáticas y espacios académicos propuestos.
En la perspectiva anterior y en coherencia con los planteamientos de la  Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura-UNESCO, la cátedra abierta se concibe como  una estrategia comunicativa de circulación y apropiación social del conocimiento y que hace parte de los sistemas de gestión de conocimiento de las organizaciones.

 De todas formas, la cátedra región se posibilita en la medida en que coexisten dos escenarios. Uno que se constituye a partir de la construcción de un curso que integrará la Cátedra Unadista y permitirá a partir de la precisión de núcleos problémicos, el avance de los estudiantes en relación con las competencias establecidas,  alimentando a la vez el Servicio Social Unadista, teniendo como marco de referencia la necesidad de  desarrollar competencias previas para garantizar acciones transformadoras

El segundo escenario, se dará a partir de la identificación de las necesidades regionales, pero mediante la incorporación de  metodologías participativas que permitan una construcción de abajo hacia arriba y no al contrario, pero sobre todo, que garanticen  la contribución de los diferentes actores de las comunidades y regiones. Es en este segundo escenario, en el cual se posibilita la discusión académica de temas de actualidad como las implicaciones de la ley de regalías para las regiones, la ley de tierras, el desplazamiento, despojo y abandono de tierras, conflicto armado, el derecho de las víctimas, los conflictos agrarios, reparación de víctimas, relación Universidad Región, Ilegalidad y región (gobernabilidad, desplazamiento, corrientes migratorias, participación).

Las discusiones generadas en el segundo escenario, se convertirán en insumo permanente para la actualización del curso, en la perspectiva enunciada previamente: que es a partir de la participación de los actores que se pueden conocer las necesidades reales y garantizar transformaciones sociales en las heterogéneas regiones colombianas.

Desde luego que en este proceso formativo jugará un papel fundamental las diferentes fases de aprendizaje: reconocimiento, profundización  y transferencia, evidenciadas a partir de la identificación y apropiación de unos referentes teóricos que permitirán analizar y contextualizar la realidad regional, de identificación de nexos y análisis de la realidad  a partir de diversas categorías y de generación de propuestas de interacción o intervención en donde la participación de los sujetos sociales se convierte en una condición necesaria fundamental.

La concepción de Región


Colombia ha sido históricamente un país de regiones. En esta perspectiva es necesario tener una precisión conceptual sobre lo que significa la Región  y que tipos de Regiones existen, sobre todo si se quiere seguir la ruta del desarrollo regional.  

Existen por lo menos cuatro formas de enfocar el problema de la definición o la delimitación de las regiones: regiones uniformes u homogéneas; regiones nodales; regiones de planificación o de programación; y las regiones como espacios sociales.

Regiones Uniformes u Homogéneas: Se fundamenta en la idea de agrupar  o delimitar las diversas unidades espaciales en relación con determinadas características que permiten distinguir una región de otra, sobre todo a partir de factores geográficos (topografía, clima,); factores económicos(estructura y actividades productivas similares); factores sociales y culturales(identidad regional).

El desarrollo regional del siglo XXI tiene una doble dimensión global-regional que depende de la acción en todos los niveles y sectores de la sociedad. De este modo la internacionalización y la competitividad sistémica constituyen las dimensiones básicas de la integración al mundo (Perspectiva global e integración externa). Y la equidad, la gobernabilidad y la solidaridad serán las dimensiones principales de la integración de la sociedad regional (Perspectiva local e integración interna) (Baena, E, 2006)

En relación con la competitividad, la capacidad de una región para sostener y expandir su participación en los mercados internacionales y elevar el nivel de vida de su población, exige la incorporación de progreso técnico. Así, la productividad se convierte en la condición vital de la competitividad y ésta en el motor del desarrollo regional (Millán, 1994).

Inicialmente el análisis clásico de la ubicación de las firmas en el espacio, giraba en torno a la idea de que la minimización de los costos de transporte era la variable fundamental. Luego, se introdujo el concepto de las externalidades (trabajadores calificados, proveedores, información), producidas por la concentración de actividades y población, el cual fue complementado con la noción de economías de escala, para explicar la ubicación de las empresas en el espacio geográfico.

Como los costos por distancia tienden a ser cada vez menores por efecto del desarrollo tecnológico en los sistemas de comunicaciones y de transporte, las externalidades y las economías de escala se han convertido en factores claves de eficiencia. Así, se llegó a la conclusión de que la ubicación de ciertas industrias o conjuntos de industrias depende también de la organización económica espacial.

Posteriormente se introdujeron otras reflexiones cuyos énfasis recayeron en los procesos de concentración geográfica de las actividades de investigación y desarrollo (I&D) y en la creación de capacidades tecnológicas. En concordancia con ello, se han definido tres tipos de regiones: las innovadoras, que son aquellas que generan y difunden procesos de innovación; las adaptativas o regiones de imitación creativa; y las dependientes, cuyo desarrollo se basa en fuentes externas de tecnología, como es el caso en Colombia (Corpes de Occidente, 1998).

Como se desprende de lo anterior, la economía espacial ha sufrido sustanciales transformaciones adquiriendo, progresivamente, un carácter sistémico. Las nuevas teorías, los cambios en los modelos de desarrollo, las nuevas formas de concebir la acción estatal, el papel preponderante que han asumido los actores productivos, hacen del desarrollo regional una tarea más exigente, que demanda un conocimiento que no siempre existe y capacidades de gestión inéditas hasta hoy.

Consecuentemente con su creciente complejidad, el desarrollo regional concebido como competitividad para la inserción en la economía mundial), dependerá críticamente de la posibilidad de desarrollar y aprovechar las infraestructuras (costos de transporte y comunicación), las externalidades (capacitación de la mano de obra, concentración de proveedores y de información), las economías de escala y las capacidades tecnológicas. Esto, por supuesto, está asociado a la gestión de las instituciones, a la idoneidad empresarial y a las características del sistema educativo, en su relación con la capacidad endógena de innovación y con las necesidades de los sectores productivos, en especial de aquellos con mayores posibilidades para desarrollar una vinculación exitosa con los mercados internacionales.

La propuesta de un nuevo modelo de desarrollo significa reconocer el conflicto social como un elemento real de la existencia humana; y demostrar que la complejidad del proceso de solución pacífica de los conflictos, parte de la comprensión y explicación de los intereses encontrados y del mejoramiento de las interrelaciones sociales, lo cual exige una nueva visión de las situaciones que los generan.

        Desde la perspectiva anterior, el desarrollo comunitario exige e implica la ampliación de nuevos horizontes de sentido que articulen e integren diferentes elementos comunes a las poblaciones y a los territorios que conforman las comunidades regionales, dentro de los procesos de descentralización político administrativa que han caracterizado al país en los últimos tiempos.


        El proceso de descentralización iniciado en 1968 y continuado en 1983 y 1991 con la Constitución Política de Colombia, tiene un carácter integral, porque influye en los siguientes aspectos:

       En el sistema político, mediante la elección popular de alcaldes y gobernadores;
        En el sistema de finanzas estatales, a través de la transferencia de ingresos corrientes de la nación a las entidades territoriales
        Y, el sistema de servicios públicos básicos a la población, en virtud de la cual se traspasaron, de la nación a los gobiernos locales, las políticas sociales en salud, educación, saneamiento básico, agua potable, recreación, cultura y deporte.

        Tal como se precisa en el PAPS, Frente a la descentralización, se pueden plantear múltiples interrogantes en relación con los resultados de la misma, teniendo en cuenta el ordenamiento territorial, los contenidos sociales y políticos de los proyectos, la articulación entre las visiones técnicas y políticas, así como frente al gobierno y la gobernabilidad. (PAPS, 2011).

        Ahora bien, a pesar que los procesos descentralizadores  generaron grandes expectativas que poco a poco se derrumbaron, sobre todo en el sentido de superar la pobreza de la población en las regiones y localidades, se constituyen en  experiencias valiosas que deben mirarse y analizarse a partir de la reordenación de relaciones sociales y políticas, que sin lugar  a dudas marcaron un hito en relación con la participación de la población.

            De igual manera, se puede realizar el análisis entre el Estado unitario descentralizado y la regionalización, el desarrollo económico y productivo, la convivencia pacífica, la reconstrucción del tejido social, la democracia participativa y el mejoramiento de la capacidad fiscal y de gestión pública.

           Desde tal perspectiva, la región exige dar coherencia a las formulaciones sectoriales y concreción a los planteamientos macroeconómicos, porque en el espacio geopolítico y sociocultural en donde ellas se desarrollan, no sólo se presentan contradicciones entre la equidad social y la eficiencia económica, sino que se realiza la interacción entre las similitudes y regularidades humanas y ambientales, que facilitan o limitan la construcción de modelos alternativos de desarrollo humano sostenible e integral. (PAPS, 2011).

        Desde la educación para todos, tales modelos de desarrollo, deben sustentarse en el diseño y aplicación de estrategias pedagógicas, psicosociales y comunicativas, que faciliten la articulación de los componentes académico, pedagógico, tecnológico, organizacional y comunitario en las regiones, de tal manera que dignifiquen al ser humano, que se centren en él y lo conviertan en sujeto social y actor protagónico de su propia formación, respetando la sostenibilidad de los ecosistemas, las identidades culturales y el derecho a la diferencia, a la vida digna y plena, a la paz y a la seguridad integral. (PAPS, 2011).

        Tal propósito no resulta fácil, sobre todo por la exigencia de concientización y desarrollo de competencias analíticas que permitan superar pasividades y convertir a las personas en sujetos de derecho, que no solo se convierten en electores sino que pueden ser elegidos, en la medida en que se preparan para ello

        De lo anterior se deduce, que la descentralización es un proceso de modernización del estado, a mediano y largo plazo, la cual requiere una evaluación permanente de los logros obtenidos, para ajustar nuevas políticas públicas, mediante una alta participación ciudadana, que propenda por la búsqueda de consensos compartidos, acuerdos fundamentales y controles sociales de los actores que conforman las organizaciones de la sociedad civil. (PAPS, 2011).

        Desde tal perspectiva, la región exige dar coherencia a las formulaciones sectoriales y concreción a los planteamientos macroeconómicos, porque en el espacio geopolítico y sociocultural en donde ellas se desarrollan, no sólo se presentan contradicciones entre la equidad social y la eficiencia económica, sino que se realiza la interacción entre las similitudes y regularidades humanas y ambientales, que facilitan o limitan la construcción de modelos alternativos de desarrollo humano sostenible e integral.

Desde la educación para todos, tales modelos de desarrollo, deben sustentarse en el diseño y aplicación de estrategias pedagógicas, psicosociales y comunicativas, que faciliten la articulación de los componentes académico, pedagógico, tecnológico, organizacional y comunitario en las regiones, de tal manera que dignifiquen al ser humano, que se centren en él y lo conviertan en sujeto social y actor protagónico de su propia formación, respetando la sostenibilidad de los ecosistemas, las identidades culturales y el derecho a la diferencia, a la vida digna y plena, a la paz y a la seguridad integral.

De lo anterior se deduce, que la descentralización es un proceso de modernización del estado, a mediano y largo plazo, la cual requiere una evaluación permanente de los logros obtenidos, para ajustar nuevas políticas públicas, mediante una alta participación ciudadana, que propenda por la búsqueda de consensos compartidos, acuerdos fundamentales y controles sociales de los actores que conforman las organizaciones de la sociedad civil.

Las discusiones, reflexiones y análisis de los temas planteados, organizados sistemáticamente permitirán ir concretando las características de las realidades regionales en coherencia  con  la idea de construir un currículo integrado, con enfoque investigativo, capaz de generar pertinencia en el conocimiento y pertenencia social; en síntesis un currículo que parta del conocimiento de la realidad social, del contexto disciplinar y, a la vez sea capaz de transformar las mentes y las vidas de las personas y las comunidades.

Por lo tanto, en la medida en que se avanza en el desarrollo y sistematización de experiencias, debates, reflexiones y foros, se develaran  y trabajarán  contenidos que den cuenta de la realidad  regional y local, y que contribuyan a ambientar la cátedra, respondiendo a una construcción que parte de los contextos o realidades  a la teoría y viceversa, tal como se plantea en el Proyecto Académico Pedagógico Solidario.

 No solo se trata de analizar y estudiar la región desde un enfoque econométrico, sino ante todo, a partir de los procesos de interacción, concientización y transformación que pueden conducir a generar desarrollo regional y propuestas de mejoramiento de la realidad en las regiones y localidades.

Es importante precisar que desde el Proyecto Académico Pedagógico Solidario, se plantea el currículo problémico como un enfoque a tener en cuenta, sobre todo porque se enfatiza en las  prácticas formativas, problematizadoras, innovadoras y liberadoras, para el desarrollo del pensamiento crítico, la autogestión, el aprendizaje autónomo y la solidaridad, en clara armonía con el tipo de ciudadano que hoy en día se hace necesario formar.

     El currículo problémico se entiende como un enfoque curricular en permanente construcción colectiva que implica reflexión e investigación para su construcción, en la medida que éste se constituye en fuente de conocimiento en la acción e implica una propuesta didáctica encaminada a la resolución de problemas. Valga destacar que un enfoque es una mirada, la posición desde donde se asume una propuesta; no es directamente la forma como ésta se concreta; en el caso de la UNAD, se opta por un enfoque curricular problémico, por ser éste, en últimas, el que más responda a sus apuestas formativas.

No se puede perder de vista que los procesos descentralizadores en Colombia han generado dinámicas diversas e interesantes que han contribuido  para que la población en las regiones y localidades se conviertan en actores y gestores de sus propias posibilidades de “desarrollo”, escenario que desde luego enriquece el valor agregado en relación con los resultados de los foros y/o encuentros regionales planteados.